Cuaderno de bitácora – Cómo conocí a mis amigos

Esta entrada está basada en mi experiencia en el Erasmus que estoy viviendo ahora mismo. Puede que te sientas identificado con todo, con nada o solo con algunas cosas; puede que te traiga muchos recuerdos o que te sirva de guía si te vas a ir a vivir un año en Siena.

Erasmusu, ese gran aliado. Te ayudó a decidirte cuando dudabas entre irte a una ciudad u otra. Te leíste decenas de opiniones de antiguos erasmus que te transportaron seis meses hacia adelante, frecuentando los sitios de fiesta que mencionaban. Te imaginabas caminando por las calles que buscaste en Street View y contestando comentarios de Facebook de tus amigos muertos de envidia. Erasmusu también te hizo un favor enorme: te abrió la puerta a tus futuros nuevos amigos. Te registraste inocentemente (aún no sabías la de correos que ibas a recibir para el resto de tu vida), y entraste en el foro que se creó automáticamente: Erasmus Siena 2015/2016.

Entonces ves que hay gente que ya ha comentado cosas y descubres que hay un grupo de Facebook y todo. Aunque te sientes un poco estúpida por lo que vas a escribir, lo haces igualmente: si llegas a Siena conociendo a gente, todo será más fácil; además… lo mismo conoces a tus futuras compañeras de piso…

Esperas una contestación ya que todos hablan entre ellos en el foro pero después de unos días decides autoinvitarte al grupo de Facebook. No es muy complicado encontrarlo: se llama como el foro. Al momento estás dentro y te pones a leer los comentarios que ha ido dejando la gente; no habrá más de 10, pero todos son de gente de RRLL y RRHH, de Derecho… y, sobre todo, de gente del sur. ¿Nadie de Madrid? (Aquí es cuando te das cuenta por primera vez de que España no es Madrid, cosa que irás aprendiendo a lo largo de tu año de Erasmus –pero eso es otra historia de la que hablaré otro día–). Te atreves a preguntar y voilà!

Elia es de Madrid (Elia, como la de Juego de Tronos, ¡qué nombre más guay!, tiene que ser maja). La agregas y hablas con ella; solo preguntas básicas: ¿qué estudias?, ¿sabes como funciona lo de los pisos?, ¿conoces ya a alguien? Antes de que os de tiempo a haceros amigas, un tal Martín Abril –que parece ser quien maneja el cotarro– crea un grupo de Messenger con todos los miembros del grupo. Locura: mensajes sin parar 24/7: “Yo estudio RRLL RRII en Murcia”, “¿Ah sí? ¡Yo en Granada!”,“¡¡Yo en Granada también!!”,“Yo soy de Granada pero estudio Biología”,“¡¡Yo estudio Biología en León!!”… Durante al menos una semana el móvil vivió sufriendo, hasta que a alguien se le ocurrió la idea de hacer un grupo de Whatsapp: shit got real, ya nos poníamos serios; ¡un grupo de whatsapp! Si quería hacer amigos iba a tener que ser bastante activa. No fue difícil: mandar una foto de fiesta, una de tu perro y hablar un poco sobre tus dibujos favoritos de la infancia y ya estabas metida en el grupo VIP, donde solo estabamos los que más porculo dábamos en el grupo grande.

En nada conoces a la gente y ellos a ti. Ibas haciendo tus primeros amigos y cada vez tenías mas ganas de que fuera septiembre. Ganas que, ademas, eran alimentadas por la búsqueda de piso, pero era abril y aún era pronto.

El grupo de Whatsapp es cada vez más grande y no hay día que la gente no hable. Ya es junio y vas de camino al curso intensivo de italiano (eso será también un tema para otro día) cuando miras el móvil y tienes más notificaciones de las usuales. Unos vascos han comentado en el grupo de Facebook, y además te han mencionado. El grupo de Whatsapp también está revolucionado. Ahora comienza una nueva etapa en el grupo: conversaciones íntegras en euskera. Menudos personajes los vascos, piensas, pero no sabes lo bien que te lo vas a pasar con ellos y el cariño que les vas a coger.

Llega el verano y sabes que no queda nada ya, la gente empieza a comprarse los vuelos y algunos incluso ya tienen piso con sus respectivos compañeros. Y de repente, agosto se acaba y la gente ya está allí, y empieza tu cuenta atrás.